“El desafío de las telecomunicaciones de inclusión social…”
Una vez que el Plan de Gobierno, la Agenda Patriótica y el Plan de Desarrollo Económico y Social han definido la meta de la inclusión social en telecomunicaciones es necesario reflexionar una serie de aspectos, pues el desafío de atender a más de 16 mil localidades no es cosa fácil.
Partamos analizando la disponibilidad de energía eléctrica en las localidades que son objetivo del PRONTIS, según estimaciones preliminares de la UEPP y el plan de desarrollo del sector energía, al 2014 la atención con energía eléctrica a localidades rurales estaría en el orden del 64,4% y debería crecer hasta un 90% el 2020, esto significa que en la Bolivia del corto plazo las localidades podrían contar primero con servicios de telecomunicaciones alimentadas por paneles solares, este simple hecho nos obliga a dimensionar sistemas de energía alternativa que lógicamente encarecen la inversión por cada localidad.
Otro aspecto que incide directamente en la sostenibilidad de los proyectos es el costo de mantenimiento de todas las instalaciones rurales, muchas localidades no tienen una buena infraestructura de acceso caminero, se demora muchas horas en accederlas y en ciertas temporadas del año los caminos vecinales son inaccesibles, sabiendo que hay que atender a más de 16 mil localidades hasta el 2020 las zonas más complicadas como Beni, Pando y Santa Cruz representarán un fuerte impacto en los costos operativos del proveedor del servicio.
Las estimaciones iniciales del plan estratégico del PRONTIS arrojan un promedio de 1.500 instalaciones anuales en área rural, el despliegue de redes de enlaces de microondas y fibra óptica es un proceso lento y la única solución para abordar con rapidez la inclusión social es el uso del satélite de comunicaciones Tupac Katari, aquí nuevamente surge un desafío interesante desde el punto de vista de ingeniería de redes ya que es necesario hacer un uso eficiente del espectro y el ancho de banda de la red de telecomunicaciones, la inclusión social en telecomunicaciones demanda eficiencia en todos los aspectos técnicos de otra manera los fondos de inversión no van a alcanzar para atender todas las localidades.
El no atender con servicios de telecomunicaciones y TIC a las localidades rurales lo único que generará es tener a bolivianos y bolivianas excluidos de su derecho fundamental a la comunicación. Lo más sensible de este tema es estar conscientes de que la niñez y juventud excluida de las TIC estará predestinada a una marginación social, laboral y de conocimientos fundamentalmente; frente a sus pares que viven en centros urbanos y acceden a la Internet. Si Bolivia quiere cerrar la “brecha digital” y quiere afrontar la marginación de las TIC tiene que declarar de prioridad nacional la instalación de redes comunicación de banda ancha en área rural.
Carlos Mostajo, es ingeniero de planificación del PRONTIS.